"... Y se ríe de mí en mi cara"

Yo me pongo a pensar, a dónde fueron a parar tantas horas de imaginación, el futuro que se ha quedado dormido indefinidamente, el tiempo perdido, acaso está muerto(?)
Qué pasó con las canciones, las promesas, con las pinturas y los colores, con las rosas y los olores. Cómo acabé en esta caja infectada de veneno, cómo se llenó de ruidos y parpadeos. Y este río desbordado, a dónde fluye si el camino está cerrado.
Qué es esa cosa que está en el espejo cada vez que voy a cepillarme los dientes. Qué hacen los pájaros cuando su voz ya no canta, qué hace un ciego acostumbrado a oir cuando recupera la vista, cuando se da cuenta de que lo que pasó una vida imaginando no es nada, sino un cuento roto, ¿cierra los ojos para siempre? Es que acaso no debemos enfrentar la realidad que no es como nos gustaría.
Qué hago yo en este parque de recuerdos con cúmulos de juegos y sin poder jugar, qué hago yo cuando ni me acuerdo que no te puedo olvidar, qué hago yo con esta maldita costumbre de sentirte cerca aún cuando ya no estás.
Es más la costumbre que las ganas.
Hace cuánto que no cierro los ojos, hace cuánto que los tengo tan abiertos, quizá en un descuido se me olvidó que para ver realmente no es necesaria la vista. Pero la costumbre es una desgraciada, sólo entorpece mis maniobras y empaña mis pisadas.
Las preguntas se asoman solas, ya no son las ganas de respuesta lo que las dispara directo a mi olvidada máquina de pensamientos.