22/7/14

Abrí los ojos y me encontré  en una enorme montaña rusa, una divertida y enorme montaña, pero tenia demasiados tubos, y por ella transitaban los carros.  No sentía ninguna parte de mi cuerpo, estaba tan liviana, el viento era mi piloto...  Entre en ese estado de desconexion, ese loco estado en el que tu mente sólo vuela, se inventa y reinventa historias, abandonas tu cuerpo y te ves caminando lejos.
No sé qué tanto tiempo estuve sentada frente al piano, sin tocar, sin mover un dedo, estaba pensando en cómo sería cruzar el puente sobre el lago por debajo, no nadando, pues no sé nadar, pero que loco sería, no? Que los carros en vez de pasar encima se movieran por la parte de abajo, sería como ir en una montaña rusa, que nunca tiene la misma estructura. Quizá esta rutina sería más divertida, a ver si la vida me sonríe por un rato más.

2/5/14

"Atrás"

Planté una puerta en el laberinto de mi mente y encerré a mis demonios, ahora estoy en paz con ellos, unas veces los dejo salir, así no camino solo, ellos me acompañan. La luna me ilumina el camino, yo la sigo y voy tranquilo. Ni ella me persigue ni yo acelero el paso, estamos en paz.

Me gusta releer mis hojas, hasta las que ya están tan desgastadas que me dificultan las palabras y me enredan la lengua.
Me gusta volver sobre los pasos que he dado, los caminos que he tomado y recordar los que he olvidado. Volver sobre mis memorias enterradas, los sueños que cumplí, las pesadillas que despertaban mi insomnio, los pensamientos me enloquecían -me enloquecen- de vez en cuando.
A veces recuerdo esas noches en las que escuchaba mi palpitar, acompañado de lagrimales destrozados. Esas interminables noches de anhelo, de desesperanza, de sentimientos asíncopados.
Me arrastre, caminé, volé e intente nadar pero muchas veces me ahogue al llegar a la orilla. Ahora sólo camino con mis amigos.

De vez en cuando echó una mirada hacía atrás y veo mis lagunas, ahí donde dejé mis recuerdos, mis caminos y mis noches, esa carga pesada que llevaba en los hombros, la solté y me quede con lo esencial, mis demonios, los que me hacen ser quien soy. Se volvieron mis amigos, ya no camino solo. De vez en cuando, miro hacía atrás y sonrio, ya estoy en paz.

11/10/13

"Entre zapatos"

No estoy más triste, sólo estoy menos feliz.
No estoy más solo, sólo estoy menos acompañado.
No soy más sabio, sólo menos ignorante.
No estoy distraído, sólo estoy demasiado concentrado.
No estoy menos perdido, sólo un poco desubicado.
No soy más, no soy menos, no soy nada que no le pertenezca al viento, y como un suspiro, sublime y tierno regreso, dando vueltas y tropiezos.
No bailo esta pieza por que mis zapatos me aprietan, pero la próxima vez, volveré preparado y no habrá zapatos que me detengan ni tampoco piedras en mi camino. Bailaré hasta que la obra haya terminado y mis pies no resistan.
No seré menos, no seré más, sólo seré como siempre he sido, y al fin habré tenido algún sentido, al concluir, fui.
No estoy más distraído, sólo olvido que los zapatos me aprientan, y me concentro demasiado en no pensar.

31/8/13

"Modulando"

Ayer me di cuenta de que he dejado de escribir, que ya no tengo más lápices y se me ha perdido el papel; me pregunté por qué, rápidamente la respuesta se disparó como flecha a mis venas. Mis historias tristes se habían terminado, la nube gris que me acompañaba como sombra, se esfumó, pero si ya no habían más razones tristes para escribir, por qué no inspirarme de las nuevas alegrías que gritaban a mis ojos.
No sé, no estaba en mí, no está en mí.
Y qué hay de mi alegría, tengo suficientes sonrisas como para vivir una vida entera, pero tengo media vida, y me divide las sonrisas, entonces estoy viviendo a medias(?)

Me estoy ahogando en un vaso por la mitad, medio lleno de lunas, medio vacio de soles. Me estoy moviendo entre acordes menores, melancólicos y tristes, con la sensible esperando una tónica para resolver las tensiones que rompen las cerdas de mi arco. Ella ha estado ahí siempre, pero a veces, no son las respuestas las que me atrapan, si no las preguntas, porque siempre cambian, y con ellas mis tonalidades.
Cuando estas aquí, resuenan coloridos acordes mayores, pero como un puñado de aguijones, vuelve la tristeza, con silencios interminables que hablan y hablan y me dejan sordo. No sé si es que ya no escucho bien, o si es que el sonido se está quedando mudo.
No es que no me contagies tu alegría, es que me falta media vida para regalarte todas mis sonrisas.
Yo quiero escribir mis alegrías, darte el crédito por tus revoluciones en mi pecho, pero no puedo.
No está en mí,  nunca estuvo en mí.

25/2/13

Tu jaula-mi hogar.

Recuerdo bien, como si hubiese sido un sueño y algo más.
Yo vivía dentro de una jaula.
Tú, que merodeabas por ahí, sin saberlo tenías la llave.
En un momento descuidado abriste la puerta, y yo cual cobarde, volé lejos.
Exploré un par de mundos varias veces, visité ciertos lugares que fueron menos, mucho menos de lo que me imaginé.
Me encontré solo en un lago, miré mi reflejo y te eché de menos. Me acorde de las vueltas que dabas a mi alrededor para asegurarte se que estaba bien.
Volé alto para encontrarte, pero me cansaron las alas y comencé a caminar. Y conocí lugares escondidos que nunca pensé, y el viaje se hizo corto y entretenido, placentero, a mi parecer.
Llegué a ninguna parte, y ahí estaba una jaula, más grande y elegante, con un papel que decía "bienvenido a casa mi fiel caminante".
Gracias por dejar la puerta abierta, gracias por esperarme, por dejarme volar y enseñarme que mi hogar es donde estás.
No me había dado cuenta que donde termino yo, comienzas tú, y cuando terminas tú, yo vuelvo a empezar.

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19/11/12

"Tal vez no dibujo bien, quizá no está claro"

Hasta cuando con esta maldita costumbre de sentir mas de lo que quiero y menos de lo que necesito.
Hasta cuando con estas  malditas ganas de cuentos de hadas, con las mismas frases desdibujada, con el mismo cuerpo carcomido, con las mismas lágrimas cristalizadas.
Hasta cuando seguir dibujando en hojas de papel quemado, hasta cuando seguir bailando en fuego a pies descalzos.
Hasta cuando seguiré pensando que soy yo, que es mi culpa, que no hago lo suficiente, que te doy demasiado.
Hasta cuando seguiré queriendo que seas tú, ser yo el brillo de tus ojos, lo que genere espasmos de felicidad, de ser nosotros, ser un todo, de ser algo, ser tu algo.
Hasta cuando soñaré con esa historia que no será porque no siento lo suficiente, porque  porque tal vez siento demasiado, porque quizáa no dibujo bien, porque tal vez no está lo suficientemente claro.
Porque con las nubes se me nubla la cabeza, porque cuando te veo no entiendo lo que siento, y me invierto. Porque siento que no es suficiente, porque no soy suficiente, porque cuando te veo siento menos de lo que quiero y más de lo que necesito.
Porque cuando te veo mis manos se vuelven torpes, y comienzo a dibujar garabatos sobre el papel quemado.

6/11/12

"Balas mentales"

Unas veces si, otras no tanto... tengo miedo, no sé si puedo volver a darlo todo por alguien, no sé si puedo quedar vacío de nuevo. Me ha costado reconstruir cada parte de mí que se rompió, y ahora estoy dándote mi fragilidad.
Brindándote mi voz, mi aire, mi luz.
No sé cómo afrontar el hecho de dar a alguien el poder de destruirme con una sola palabra, con una sola acción.
No sé qué hacer, no sé si creerme a mí misma mis falsas especulaciones o si tragar grueso y digerir mis confusiones. Si seguir con la felicidad que he conseguido en ti, con la alegría que me ha brindando tu sonrisa.
Aunque pequeña, existe la posibilidad de que nada de esto sea real, y no sabría como soportar otro duro golpe contra la cruel realidad. 
Tengo miedo, porque te creo, porque confío en la sinceridad de tus gestos, porque cada palabra que emite tu boca me es real. Pero las dudas me atraviesan la cabeza como balas atravesando mi cráneo.
Estas lágrimas que caen sobre mi almohada no son lágrimas de dolor, mucho menos de tristeza, sólo es el miedo que corroe mis venas, que me deja sin aliento. Ese miedo que me causa la estruendosa voz de mis pensamientos, los chillidos ensordedores de esta máquina que aún desgastada no quiere dejar de funcionar.
Y tengo miedo, porque te quiero, porque quiero ser tu felicidad, porque eres la mía, y porque quizá, algún día, tú también te vayas.

Necesito aprender a callarme la mente.

22/10/12

"Cine del barrio"

Lloraba
sórdidamente por mi leve garganta,
por donde resbalaban
tímidamente las palabras húmedas,
las palabras sin nombre todavía.
Respiraba con lentitud
forzada, para que mi agonía
no se lanzara presurosa al aire,
porque a mi alrededor
había mucha gente.
Estaba en la deshilvanada y familiar cola de un pequeño cine de barro: el "Chamberí"
(donde las butacas habían de estar calientes
-era de sesión continua-,
donde un vaho maloliente
penetraría por mis poros durante
más de dos horas,
donde, acaso,
una "extraviada" pierna
rozaría la mía
y un taconazo afiladísimo
intentaría hacerle comprender a aquel podrido hueso,
su humana condición
de animal primitivo),
y me puse a observarla.
Novios, de los que luego parecería
estaban ocupando una sola butaca.
Niños que, mientras daban puntapiés
en el asiento de delante,
irían alfombrando la sala
de cacahuetes o pipas.
Hombres y mujeres
de una edad ya madura,
pero infantiles, sencillos,
que se reirían estrepitosamente
cuando el protagonista,
al resbalar y caerse,
se embadurnara la cara
con una tarta de crema,
o llorarían con idéntica facilidad
ante cualquier lance folletinesco,
e irían alternando las carcajadas
y el llanto
con un gran bocadillo de tortilla.

Sí, allí estaban todos
esperando su turno
para tomar la entrada.
Contentos,
felices con sus pequeñas
aspiraciones satisfechas.
Para ellos
aquel rato de cine
vendría a ser
como una continuidad de lo que llevaban dentro.
Como un esparcimiento honesto
tras una jornada de intenso trabajo.

De pronto me miré,
me miré hacia dentro
y comprendí
que yo allí desentonaba,
ya que mi alma,
no estaba acorde con la levedad del momento,
porque lo único
que iba buscando allí
era una pequeña muerte
de dos horas y pico.