"Sinceridad: corazón o cerebro"


Sinceridad: sencillez, veracidad, manera de expresarse libre de fingimiento. Palabras con bases fundamentales que salen desde el fondo de ese objeto que todos llaman corazón. Algunos le dicen pequeño pedazo de hielo que está ubicado en la parte superior izquierda del pecho. Caja donde supuestamente guardan aquello que una vez se quebró, queriendo así impedir que vuelva a ocurrir algo similar, ya que el dolor pareció ser inaguantable y prefieren "no sentir" o al menos eso es lo que dicen. Sin embargo, es un cristal vulnerable y la caja tan transparente, una simple mirada puede lograr derretir ese hielo y el dichoso corazón volverá a surgir y latirá como normalmente lo hacía, tal vez hasta con mayor intensidad o puede simplemente estar ahí y ya. Pero, ¿por qué nombrar dirigente de sentimientos a un órgano interno, cuya función especifica es bombear sangre a cada rincón del cuerpo? Por qué ha de salir de un órgano no pensante la sinceridad, cuando es el cerebro quien hace posible todos nuestros movimientos musculares. Por qué en vez de dar crédito al corazón, no le damos un poco más de atención a lo que el cerebro hace. Cada neurona que muere y se reproduce por las acción que tomemos, le pertenecen a él.
Por qué en vez de enfocarse tanto en aquella "caja" que llenan de cadenas para proteger el "hielo" en que se ha convertido ese "corazón dolido", no nos enfocamos más bien en que es el cerebro quien programa cada palabra que sale de nuestros labios, cada acción que ejecutamos las procesa él.
Las mentiras y verdades, por qué han de salir del corazón. El que se acelere o se paralice lo produce las reacciones del cerebro. Por qué engañarnos a nosotros mismos, para qué hablar de el rompimiento ficticio de un corazón. Eso es una falsedad.
Por qué no decir la verdadera realidad. No es el corazón que sufre, sino los ineptos que no entienden que el cerebro es quien domina los sentimientos. Sentir rabia, amor, ternura, felicidad, molestia. Todos esos son los resultados de los procesos que realiza en cerebro por las imágenes y momentos que llegan a él.
Después de la avalancha de sentimientos encontrados, el corazón sigue latiendo con la misma normalidad que antes. Fue el cerebro quien te controló e hizo sentir todo aquello. No juegues con algo a lo que no le puedes ganar.

O tal vez, sea yo quien esté equivocada y todo lo escrito aquí sea un razonamiento de una mente inhumana.