19/3/12

Así mismo se quiebran las paredes de cristal, así mismo se quiebran los silencios. Como estallidos de emociones en mi pecho frágil.
Y el piso cubierto de vidrios rotos, mis pies dudosos avanzan sobre el cristal quebrado.
Un paso en falso es llevar el único par de ojos que me acompañan esta vez a cerrarse para siempre.
Pero no hay mucho que perder, en todo caso, no me han servido para evitar los acantilados que se desprenden de mi camino incierto hacia el mañana.
Tal vez así sea más fácil, caminar con los ojos cerrados.